¿Puede ser delito «insertar» un tuit?

Desde la proliferación de las redes sociales se ha exhibido una muestra de cómo ideas originales se apropian sin arrepentimiento y de cómo hay quien recurre a unas dudas triquiñuelas para hacerse con el contenido protegido por derechos de propiedad intelectual. En los últimos años, se ha metido la cuchara para atiborrar al personal de curiosidades y episodios anecdóticos surgidos en estos patios digitales con nombres como Twitter o Facebook.

El trabajo, no obstante, se ha desprestigiado en parte. O tal vez al contrario; las redes sociales han encumbrado a personas talentosas con un ingenio adherente para retratar los acontecimientos que envuelven nuestra existencia. Sin embargo, cuando uno echa un simple vistazo al buscador de servicios como Twitter, la red de micromensajes más exitosa del momento (330 millones de usuarios registrados), se da rápidamente cuenta que alguien se adelantó a la gracia del momento. Los chistes y comentarios jocosos se repiten hasta la saciedad.

twitter

Interpretando la Ley de Protección Intelectual vigente en España y buceando entre las políticas de uso de la red Twitter, es posible que incluso un mensaje en forma de tuit -ahora hasta 280 caracteres- que contenga un contenido propio puede estar protegido. «No lo creo, estoy seguro», afirma tajante Borja Adsuara, jurista experto en derecho digital. Pero esta plataforma, al menos tal y cómo está concebida en estos momentos, da pie a distribuir contenido multimedia que, en ocasiones, su origen se encuentra en una fuente primaria que es propietaria de los derechos. La empresa desarrollara de la red establece en sus políticas de uso que se reserva el derecho a retirar contenido que incumpla el acuerdo de usuario, como por ejemplo, «violaciones de derechos de autor o de marcas comerciales, suplantación de identidad, conducta ilícita o acoso».

Ocurrió en 2016 con Tom Brady, conocido jugador profesional de fútbol americano, que ha estado en el centro de una polémica. En el momento de tomarse la imagen caminaba con el gerente de Boston Celtics, Danny Ainge. Un fotógrafo llamado Justin Goldman captó la imagen de la estrella de la NFL y la publicó en su perfil la aplicación Snapchat. Varias personas tuitearon la fotografía, que se hizo viral, por lo que varios medios incorporaron estos mensajes de Twitter para ilustrar sus informaciones. Esos medios en cuestión fueron Time, Yahoo, Vox y Breitbart, entre otros, que se hicieron eco de la imagen. Su creador, no obstante, presentó una denuncia contra estas empresas argumentando que se trataba de una violación de los derechos de autor.

Pues bien, un tribunal del distrito de Nueva York ha dictaminado recientemente que insertar un tuit en una página web podría violar los derechos de autor, una decisión que podría tener un gran impacto en las redes sociales y la publicaciones digitales. La jueza Katherine Forrest de la Corte Federal ha fijado su criterio: «insertar» («embeber», como se conoce entre los internautas) un tuit con contenido protegido equivale a publicar la obra en sí misma. Y, por tanto, según informan medios locales, establece unas reglas a los editores por posible violación del copyright. Si esta medida la adoptan otros tribunales, esta decisión legal puede amenazar a millones de usuarios de internet por posible infracción, denuncian desde Electronic Frontier Foundation. Los tribunales han sostenido por regla general que la responsabilidad de los derechos de autor incumbe a la entidad que alberga el contenido y no a quien establece el vínculo.

Los derechos de autor desde el auge de las redes sociales ha sido una constante. En opinión de Adsuara, algunos tuits como textos originales y, sobre todo, fotos o vídeos del autor del tuit «sí están protegidos por la Propiedad Intelectual» por lo que «se pueden citar»pero respetando la autoría». «Lo que no se puede es ‘plagiar’ (cortar y pegar y hacer pasar por tuyos). Eso sí es como robar», manifiesta. Hay precedentes similares. En 2013, el tribunal condenó a las agencias France Press y Getty Images por utilizar una serie de fotografías de un fotógrafo independiente llamado Daniel Morel publicadas en Twitter.

Relacionados